domingo, 18 de octubre de 2009

Un instante

te extraño.

no puedo evitarlo, te recuerdo en todo, hay mil canciones, dibujos, recuerdos, lugares, palabras, reflejos, momentos, segundos, minutos, horas, días, semanas, meses, años, a tu lado, sólo con vos y todo se acaba. no puedo dejar de recordarte constantemente, tanto, tanto, en todo. te tuve en todo lugar al q fui, y has estado todo en mí, demasiado cercano para poder arrancarte sin dejar cicatriz-

pienso demasiado en tí, como la música de un bar, que no te deja hablar sin levantar la voz, y siempre la tienes de fondo, hace tanto que llegué a pensar que seguiría. mi error.

los finales antes distantes eran más fáciles, (nunca pensé que en eso tendrías razón!!), pero esta vez todo era diferente, más besos, abrazos, mimos, palabras dulces, más tiempo, más vivir... y claro, un breve beso de despedida, en una oscura calle, adiós.

te extraño, hace nada que te fuiste, he pasado antes mucho tiempo ya sin verte, pero ahora no tengo que esperarte, no hay posibilidad de verte, no sin un pasaporte, un pasaje, y una muy, pero muy buena excusa (y por favor, no hablemos de dinero!).

ahora puedo llamarte y estar segura de no poder verte, sin importar lo q diga no podrás venir, ni lo que tenga, ni lo que sea, ahora simplemente no nos veremos, ya me haces falta.

inevitable, aunque lo advertiste, guerra avisada no mata soldados, mis soldados son especiales (capacidades diferentes!), y se desvanecen de a poco, muertos de inanición de esperanza.
y sigo, entiendo como se sigue, como seguir sin regozijar, sin aquellas noches, sin cosquilleo. pero sigo.

quedaron unos ojos hinchados y unos besos de adiós.

soy feliz x tí, me alegra que seas feliz, pero mi felicidad por vos, no tiene nada que ver con mi tristeza por mí, son dos no contradictorias situaciones que luchan dentro de mí, para decidir como me siento. - un poco hecha mierda.

un poco hecha mierda, pasan los días, de a uno, lentos, casi ni han pasado, todavía tengo tu recuerdo tan fresco que puedo rescatar tu aroma, aún escucho tu voz, y percibo tus reflejos y sombras, recuerdo cada conversación, y las mil historias, las risas, los besos, tan seguido que ya no quiero hacerlo, y no puedo evitarlo.